De la América que no fue

1980 - 2010
Procedimiento:Varios
Portada de De la América que no fue

Conjunto de trabajos que hacen alusión a una América posible, aquella que hoy sería si el encuentro de culturas no se hubiese producido bajo una cruenta conquista. Entre las obras de esta serie, que se realizaron entre principios de la década de 1980 y el año 2010, seencuentran pinturas, grabados, relieves y dibujos.

Dice Eva Farji:

La problemática acerca de la realidad americana tiene en la obra de Larsen inicios en la serie denominada “La América que no fue”, de principios de los ’80. Algunos motivos o ideas tienen su continuidad posterior. El artista parte de imaginar cómo serían las producciones culturales de los pueblos de este continente si la conquista no hubiera sucedido, o si hubiese sido a la inversa. Según Dillon, los interrogantes en torno a este punto de partida

…lo llevan a realizar imágenes ficcio­nales de una América diferente, hipotética, sin sufrimientos, matanzas, silen­cios. Surgieron presuntas páginas de códices y civilizaciones inventadas con grafismos que remiten a lenguajes metafóricos, poéticos con representaciones de mundos, geografías, dioses y mitos posibles” (Dillon, 2019: p. 52).

Ronda alrededor del mundo
Ronda alrededor del mundo
Mensajes de una América posible
Mensajes de una América posible
Integraciones
Integraciones
Texto y danza
Texto y danza

Prensa

Pinturas de Gustavo Alfredo Larsen

En su larga y destacada trayectoria, Gustavo Larsen siempre se distinguió por su intensa originalidad, un “volver al origen”, que coincide con la intencionalidad de esta muestra. Un evocar la vida de los pueblos originarios – sin la llegada de los colonizadores.-

Ese es el punto de partida de un viaje hacia lo inesperado, hacia el deslumbrante universo de su imaginación.

En este trayecto las imágenes viajan en un río que siempre lo acompaña. Hoy confluyen como afluentes virginales hacia un ensamble de sueños y añoranzas. Es un viaje profundo y misterioso hacia el corazón atávico del hombre; hay que toparse con signos ancestrales con el color de tucanes y de flores, hay que sortear inesperados soles y disfrutar del encanto de sus tribalizadas figuras, danzando entrelazadas hacia el infinito, brincando al ondulante ritmo de sus cuerpos, es una escena primordial de la celebración de la vida en los primeros tiempos. Es un espejo del comienzo de la tribu en una tierra de esplendor salvaje.

Reaparecen aquí las imágenes que desde hace siglos lo acompañan dotadas de una calidad estética que brota de su notable sensibilidad artística.

Es una inmersión profunda hacia los deslumbrantes acantilados de la mente, una dimensión estelar de luminosas constelaciones, una visión atemporal de los primeros días, navegando en un arrecife espiritual que nos transporta desde el filo de la noche hasta las riberas del paraíso.

Cual tabloides rúnicos, estas enigmáticas caligrafías gestuales - volcadas en expresivos manuscritos pictóricos - articulan sus fragmentos para configurar un planisferio del palpitante relato de sus ensoñaciones.

Dalmiro Sirabo

La Plata, abril de 2007.