Ser artista. La inspiración permanente o de la coherencia como forma de expresión Gustavo Alfredo Larsen

Nora Amelia Pereyra2023

Una de las pautas que entiendo, definen un artista, es la coherencia en los diferentes planos de su producción. Es el caso de Gustavo Alfredo Larsen.

Originalmente grabador, su producción no se circunscribe sólo a esta condición. Como artista excede los límites -si los hubiere- del grabado para extenderse hacia la pintura, la escultura, la instalación, lo textil. El lenguaje del arte y la sensibilidad no agotan el camino ni su búsqueda constante.

Su iconografía desde un comienzo evidenció no sólo su pertenencia al grabado sino su anclaje a la de las culturas ancestrales y originarias de América, en especial de nuestro noroeste. Trazos y gestualidad ligados al ´ductus´ del ser de nuestra cultura autóctona son sus signos visibles que definen un estilo.

Pero su obra no comporta únicamente este aspecto. Gustavo es un investigador incansable, como si en la continua búsqueda de las raíces procurara develar una identidad ineludible al ser americano, del sur. Comprometido con ese objetivo, la realización de su obra conlleva una investigación y profundo conocimiento histórico de nuestros pueblos nativos. Entonces cada detalle no aparece al azar, todo icono tiene su razón de ser, su sentido. Larsen es un investigador serio e inquieto en busca de la verdad. Sabe y quiere saber y entender aún mas sobre la temática que trata. Estudia, indaga, entrevista, hurga, participa. Quiere comprender en su experticia. Por tanto su obra expone su ser en sí en este mundo. Sólo así cobra sentido para él. Escapa a lo superficial y las modas. Ahí radica también su coherencia. A través de su trayectoria, por la cantidad y diversidad en el uso de los lenguajes artísticos, su producción artística no ha perdido el vínculo con el uso que desde un comienzo hizo de las formas, que le son absolutamente propias por derecho ganado. Y la temática que abordó desde entonces, profundizada.

Su compromiso tiene que ver con las premisas de justicia y respeto social e individual.

Con el reconocimiento del valor cultural forjado en la población de origen, con la exposición del avasallamiento de los derechos de cada comunidad y el desconocimiento y rechazo que el conquistador impuso como norma y modo. Antes y ahora. Compromiso con la recuperación de los signos, símbolos, esencia de los pueblos que aún hoy son resignados a un segundo plano. Con la equidad y el respeto. Con la explicitación para que se advierta esa otra realidad. Conocer las raíces para saber quién se es. Viniendo sus antecesores de los países nórdicos y sin renegar de ellos, el sentirse profundamente ligado a la tierra donde nació, promueve la exploración de lo genuino y propio en la mixtura cultural. Rasgo que también nos configura.

La coherencia de la obra de Gustavo Alfredo Larsen conmueve cuando se la ve en retrospectiva y el sinnúmero de piezas que a lo largo de una vida, la suya, dan cuenta de una producción ligada como se dijo, a los social, lo autóctono americano, lo propio reconocido como tal, con un ´estilo´ que evoca el de los nativos.

Su iconografía impregnada de signos de notable reinterpretación en concreciones diversas, la ausencia de marco o el anclaje y sujeción estrictos a un orden oculto y regente, marcan un derrotero incansable sobre sus inquietudes primigenias no abandonadas sino mas bien desplegadas portentosamente.

El sensible trabajo de los campos, los contrastes fuertes, las figuras emergiendo del conjunto de la línea e integrándolo a la vez; la dinámica, el movimiento vital, por voluntad de liberarse o escaparse de la sujeción figurativa, de la contención del contorno. La línea define en tanto la imagen juega a aparecer de esa red de líneas o la interacción cromática o la materia presente.

La diestra mano que dibuja y configura desde el blanco de la hoja o el vacío del espacio, va materializando, como en el revelado fotográfico, la aparición de la forma. Las concreciones corpóreas, contundentes, delineadas y perfectamente acabadas, abarcan el juego abstracto que subvierte la representación geométrica de los métodos de graficación hasta la métrica de los quipus -identidad innegable de pertenencia cultural-. Una y otra vez, del blanco níveo al negro lacerante, del abigarramiento vivaz a las posibilidades de asociación que brinda el color y el tratamiento de la materia.

La línea conmueve, el color grita, la consistencia de la materialidad (no solo la madera horadada) en un relieve sugerido o en la materia actualizada sacude… La invitación al juego, a la participación consciente que propone no mirar para otro lado, que impide ´no saber´, que interpela, que golpea. Su manejo de la espacialidad despliega y articula las unidades en cada pieza, sean ellas planares o tridimensionales. Dinámica del cambio lúdico que transforma la obra en la medida en que invita a la intervención. La forma en proceso.

Colorista magistral, sensible manipulador de la materia, que en sus manos se prodiga en emergentes de la nobleza de la madera, el papel -que muchas veces produce él mismo como soporte-, las urdimbres, los hilos, los textiles. Él dibuja, talla, pinta, corta, graba, imprime, enlaza, teje, trenza, dispone, arma. El artista que proyecta y ejecuta. Edifica. Realizador de la obra que lo instaura como artista porque no puede no serlo. Operador inefable de la creación. Sensibilidad en exquisito nivel.

El artista hacedor y creador de mundos paralelos. Constructor que rescata realidades que fueron, resignificándolas en un presente continuo. Trenzando el ayer y el hoy.

El impacto sensible y emocional que es el arte.

Que nos impide permanecer impasibles ante lo que se nos presenta. Esto es entiendo, la obra como acontecimiento. Aunque no lo notemos, hay una transformación sensible en nuestro ser.

Un apartado merece toda la producción sobre los quipus como metáfora identitaria de acciones ejercidas sobre los pueblos subyugados y los modos de opresión de nuestra América, tanto ancestral como actual. Duelen esas ataduras que moldean la materia -adrede usada y descartable- apretada, torturada, deformada, acompañadas de figuras sobre estructuras geométricas, pequeñas (empequeñecidas?), de borramientos y veladuras, de tiras como jirones, con nombres olvidados. Incorpora e integra la grafía de la palabra que designa y confirma. Acompañados del sonido sordo que el libre movimiento produce. Sutil sinestesia. Poética pura, connotaciones al infinito.

Pienso, cuando una obra va mas allá del gusto o la moda, conmueve, es ARTE. No hay explicación de porqué. Simplemente es.